jueves, 22 de noviembre de 2012

Multi-personalidad en la Web

Multi-personalidad en la Web.
Juegos de Rol en las Redes Sociales.

Por Armando Castañón Camarena

Los juegos de rol son actividades dónde un individuo juega o pretende se otro, real o no, y han existido desde el inicio de la humanidad; desde  que el hombre de las cavernas bailaba alrededor de una fogata diciéndose ser un chacal; hasta nuestros días, en que la virtualización de la cotidianeidad es inminente y los jóvenes y adolescentes juegan a ser alguna estrella famosa de pop, en una cuenta falsa de facebook.

Qué comience el juego.
El boom de los juegos de rol modernos surgió en la década de los 70’s y se extendió hasta los 90’s con el juego “Calabozos y Dragones”, que sentó las bases para los que hoy son los juegos de rol; había reglas, estatutos, cánones, niveles y objetivos. Hoy en día los juegos de rol tienen una infinidad de temáticas y modalidades, lo hay “con tablero”, online, en redes sociales, etc., compartiendo la característica de que ahora son más libres y su objetivo es sólo entretener al jugador.

El primer juego de rol que explotó el internet y causó impacto mundial surgió en 2003 y se popularizó en 2008, es llamado SecondLife. “Segunda Vida” en español, es precisamente lo que ofrece: una segunda vida para el usuario. El nuevo jugador crea una cuenta en la página de internet, se crea un “avatar” (representante virtual de la persona) y comienza hacer su vida ahí. Se puede comprar ropa, dar conciertos en un bar virtual, conseguir pareja, llegar a ser famoso, ir a algún museo, volverse pobre, etc. Todo aspecto de la cotidianeidad está incluido.

Actualmente el concepto de “juegos de rol” se está yendo en dos direcciones: los videojuegos (que explotan la competitividad y el alcanzar objetivos) y los basados en redes sociales (que buscan entretener al jugador). En facebook hay muchos “Grupos” dedicados a juegos de rol y existe una infinidad de temáticas: los dedicados a la literatura, dónde los usuarios pretenden ser personajes de “Harry Potter” o “Crepúsculo”; los de carácter sobrenatural, en los cuales se toma a un vampiro, hombre-lobo o zombie como personaje; o los de personalidad, cuándo el usuario toma a una celebridad, crea una cuenta ficticia haciéndose pasar por él o ella y la interpreta y de la “otra vida” dentro de un grupo determinado de usuarios de facebook. “Cecy”, partícipe de juegos de rol desde hace 3 meses, nos dice “hay de todo tipo: de K-Pop (pop sudcoreano), Animé (se denomina así a la animación japonesa), Calabozos y Dragones, Harry Potter, Naruto (un animé), de videojuegos, de escuelas, hospitales, piratas y de todo”.

Perfiles y Personalidades.
 “Perla” de 16 años nos cuenta que comenzó a rollear (participar en juegos de rol) a los 12 años, cuando los juegos de rol eran por metroflog (red social en desuso). “La primera vez que empecé a rollear una amiga me invitó, lo hice como por 5 meses y luego lo dejé, no era entretenido porque no se podía hacer nada (…) hace 5 meses comencé a rollear otra vez, otra amiga me dijo que hiciéramos un roll y comenzamos con eso en facebook”, nos comenta.

Con 14 años de edad “Victoria” tiene 1 año con 2 meses rolleando y nos explica cómo es el proceso para adentrarse a un juego de roll: “ves el grupo, y hay una lista de personajes, escoges uno que esté libre y contactas al ‘master’ (administrador del grupo), él te acepta, tú creas tu perfil y te agregan a los grupos para empezar a jugar”. También nos comenta que los personajes pueden conseguir pareja, casarse, tener relaciones sexuales con otros personajes, enfermarse y embarazarse (incluso los personajes masculinos). “Lo único que no está permitido es matar, la violación y el suicidio, el chiste es desarrollar a tu personaje” complementa “Blanca”, amiga de Victoria, quien rollea desde hace 5 meses.

Otra vida en el rol.
“Adriana” de 20 años nos cuenta que incluso se permiten las infidelidades y cómo su personaje ‘Minzy’ se vio inmiscuida en una de ellas: “Mi personaje tenía un novio, pero nunca se quiso casar con él, y éste le fue infiel 7 veces. Cortaron y después de un tiempo se iba a casar con otro tipo, entonces su antiguo novio le pidió que se fugara con él y no accedió (...) ahorita mi personaje ya tiene un hijo, hace 4 semanas que no tiene sexo con su esposo y le está siendo infiel con su antiguo novio”. Y termina diciéndonos que esto no le afecta, ya que para ella es sólo un juego y que incluso “su esposo” y “su amante” son amigos en el juego de rol y hermanos en la vida real.

“Antes sólo se ponía –se encierran en el cuarto-” nos dice Perla, cuando comenzamos a hablar de las relaciones sexuales. “Ahora somos mucho más explícitos, de hecho entre mejor describas las cosas, mejor eres en el sexo” complementa Cecy. Cuando les preguntamos que si había quienes fuesen mejores en el acto sexual a través de la red, todas nuestras entrevistadas contestaron afirmativamente al unísono, “entre mejor lo escribas y menos vulgar suene, mejor eres; porque así se nota que tienes más empeño en eso”, sentencia Victoria, mientras las demás asienten.

¿Usuario o Personaje?
“Hay veces que quieres escribir como tu misma, como usuario, entonces pones U: antes del mensaje, así saben que vas a hablar tu y no el personaje” nos dice Adriana mientras que nos explica que esto muchas veces no está permitido y puede ser peligroso, ya que rompe con el juego y la privacidad del jugador. Victoria nos dice al respecto “hay quienes confunden su vida y la de sus personajes, empiezan a escribir mucho como usuario, o convierten a su personaje en ellos, en el usuario”.

Blanca nos cuenta cómo ella empezó a convertir a su personaje en ella misma, y cómo se fue enamorando de un usuario en el juego de roll: “poco a poco dejé de hablar como personaje, todo era como usuario, entonces comencé a conocerlo a él también como usuario, y me fue llamando la atención”. Nos comenta que terminaron siendo novios a través de la web, pero que el chico tenía ciertos problemas emocionales que terminaron por destruir la relación y le afectaron mucho. “Tuve que dejar el rol por algún tiempo, bloqueé mi perfil y dejé de participar en el rol. La verdad sí me dolió y me afectó en mi vida personal, estuve triste tarde en recuperarme” nos comenta cuando le preguntamos si la afecto en la vida real.

“Para mí es un juego y nada más (…) me afectó cuando el rol pasó a lo real” nos dice Adriana cuando se toca el tema. “Yo tenía mi pareja en la vida real, y su personaje era el papá del mío, así que no teníamos una relación en el rol (…) ella tenía una pareja en el rol y eso no me molestaba, hasta que me enteré que los usuarios de sus personajes estaban teniendo platicas amorosas; ellos hablaban por teléfono supuestamente como personajes, pero no era cierto; poco a poco nosotros empezamos a tener discusiones al respecto (…) al final cortamos, y los personajes de ellos ahorita están casados, y sus usuarios creo que ya andan”, nos dice al tiempo en qué hace énfasis en que eso sí le molestó, no se puso triste, pero que le enfada que las personas no entiendan la diferencia entre el juego y la realidad.

El Rol en lo Real
Para finalizar, cuando les preguntamos a todas las entrevistadas que si el rol les ha afectado en su vida personal, hay un común acuerdo en que los que más afecta es el tiempo. Hay veces en que algunas de ellas permanecen conectadas hasta altas horas de la madrugada, o no duermen, por estar en el juego de rol.

También coinciden en que, en general, no dejan que les afecte en vida diaria o en sus relaciones interpersonales, y que mucho del tiempo que pasan juntas hablan de lo qué sucede con sus personajes y de los involucrados en el rol; no va más allá de ligeras discusiones sobe lo sucedido en la red o de hacer bromas sobre unas u otras. Y que, sin embargo, este tipo de juegos de rol no dejan de ser un escape de la realidad, una buena manera de conocer personas de otras ciudades o países, y de socializar con tus amistades o personas con intereses afines a los propios.

Fanatismo


Fanatismos.
Causas e Implicaciones Sociales y Psicológicas.

Por Armando Castañón Camarena

Es común escuchar la frase “todos los extremos son malos”, sea partidario o no de esta creencia popular, lo cierto es que ir a los extremos tiene consecuencias, tanto buenas como malas para aquel que se atreve a sobrepasar los límites de lo que es considerado como “normal”.

Esta tendencia de ir más allá se presenta en todos los ámbitos en los cuáles el ser humano es partícipe, incluida la afición que se tiene por algún ente, ídolo o ideología. Cuando la simpatía por una idea, un sentimiento, o una persona alcanza niveles psicológicos anormales, es cuando comienzan a presentarse los problemas, a esto se le llama “fanatismo”.


El diccionario define al fanatismo como “el apasionamiento exacerbado de una persona que defiende con tenacidad desmedida sus creencias u opiniones”, y al fanático como “aquel que se entusiasma o preocupa ciegamente por algo”. Pero no es sólo eso, el psicólogo Roberto López Franco nos comenta “tiene que ver con ideas obsesivas (…) trasciende los parámetros de la normalidad social (…) y se puede fanatizar sobre una deidad, una ideología o hasta una persona”.

Si bien es cierto que el fanatismo engloba toda una serie de actitudes obsesivas y simpatías extralimitadas, existen diferentes tipos de éste. Hay desde fanáticos religiosos y musicales, hasta llegar a los deportivos. Cada uno posee características particulares y las personas que encajan en las distintas descripciones de “fanático” pueden ser muy diferentes.

Al pendiente de las campanas.
“Doña Mary”, como nos pidió que la llamáramos, nos platica que es de esas señoras que va a la iglesia todos los días, y se está ahí casi todo el día; “acostumbro pasar el rato ahí (en la iglesia), y sólo voy a la casa a hacerle de comer a mis hijos, para que cuando lleguen de la escuela tengan que comer”, nos complementa la señora de 52 años de edad.

Cuando le preguntamos de dónde nace este hábito de ir a la iglesia Doña Mary nos responde “mis papás siempre me traían a la iglesia y me educaron mucho a la religión (…) pero cuando estaba jovencita siempre me gustó ir a la iglesia y ese gusto fue creciendo poco a poco”. El psicólogo Roberto López nos explica que el origen del fanatismo tiene que ver con una forma de vida que cultiva ciertas ideas sobre el mundo, y que va orillando a la persona al fanatismo.

La psicología dice que una característica del fanático es el estar convencido de que su idea es la mejor y la única válida, por lo que menosprecia las opiniones de los demás. “Defiendo mi catolicismo, y lo defiendo bien. Una vez me peleé con unos testigos de Jehová que fueron a mi casa (…), y a unas amigas que son cristianas ya ni les hablo” dice Doña Mary primero orgullosa y luego apenada.

De hueso colorado.
“Cada quince días estoy en el estadio, no falto a ni un juego. Siempre me vas a ver ahí con la camiseta bien puesta” inicia comentándonos Chuy cuando le pedimos que nos hable de su afición por el equipo de futbol Santos Laguna.

Chuy tiene 21 años trabaja en un supermercado y es miembro de la porra santista “La Tribu”. Nos dice que no importa si se tiene que gastar toda la quincena, con tal de ir al partido lo hará, todo sea por el amor a la camiseta. “Los jugadores van y vienen, pero el equipo sigue siendo el mismo, y mi corazón es verde y blanco”, nos platica mientras nos presume un tatuaje en el brazo derecho con el escudo del equipo lagunero.

“Sí, sí tengo amigos que le van a otros equipos, pero con los que más me junto y que son mis verdaderos amigos son los que le van al Santos”, nos dice cuando le preguntamos sobre su vida fuera de ‘La Tribu’. Y es que, desde la psicología, tener un fanatismo hacia una idea o ente te aparta de quienes no comparten tu afición, mientras estrecha tus relaciones con aquellos que sí la comparten

Cuando le preguntamos a Chuy si tiene problemas derivados de su fanatismo nos responde: “generalmente no, en la región todos somos muy guerreros, pero una vez me descontaron en el trabajo por irme antes de que acabara el turno para irme al juego, y llegar tarde al otro día por la desvelada (…) y pues hay veces en que te metes en peleas con las porras de otros equipos y se arman los golpes, pero hasta ahora nada grave”. La psicología aborda este tema diciendo que en casos en los cuales el fanatismo rebasa la irracionalidad,  puede llegar a grados peligrosos, como golpear o matar a un ser humano con tal imponer su creencia.

De fanática a “fan”.
Es muy común que en la etapa de la pubertad y adolescencia los jóvenes se interesen por la música y sus intérpretes, pero cuando uno de ellos capta la atención en particular es cuando vuelven fanáticos. “Katya”, quien nos pidió no usáramos su nombre real, tiene 18 años y se considera ‘fan’ de la banda alemana “Tokyo Hotel”, hace algunos años esta banda de rock-pop era bastante popular y figuraba en las listas, pero hoy en día está un poco rezagada y ha perdido popularidad; sin embargo, eso no ha detenido a “Katya” con su fanatismo.

“Tengo tres paredes de mi cuarto tapizadas con posters de ellos, me encantan, y estoy consiguiendo uno grande para ponerlo en el techo” es lo que nos dice “Katya” cuando le pedimos que nos hable de su fanatismo. “Tengo todos sus discos, y mi celular está lleno de imágenes de ellos” complementó.

“Todo comenzó cuando estaba en secundaria, los escuché en la radio y me gustaron mucho, luego encontré un grupo de fans que se juntaban los fines de semana en el bosque (Venustiano Carranza) y de ahí fue creciendo”, nos platica cómo inició su afición por la agrupación musical. Visto desde el punto de vista sociológico el fanatismo se deriva de la necesidad de seguridad que experimentan las personas que son inseguras. Se trata de una especie de compensación frente a un sentimiento de inferioridad y necesidad de pertenencia; es por esto que este tipo de fanatismo se ve más presente la etapa de la adolescencia.

Cuando le preguntamos hasta qué nivel ha llegado su fanatismo nos contesta muy orgullosa que en la primer visita a México por parte de la banda alemana, empeñó su celular y un reproductor mp4 y pidió prestado a algunas amigas para poder pagarse el viaje y el boleto para asistir al concierto de su banda favorita “Tokyo Hotel”. “Y cada vez que vienen, me pongo a ahorrar desde meses antes, para que ya no me pase lo de la primera vez, en ese entonces mi mamá me regañó mucho por haber empeñado el celular; así que ahora tomo mis precauciones” sentencia “Katya” con una sonrisa.


Si bien es cierto que el ser fanático es rebasar el límite de un comportamiento normal, lo que provoca una serie de desventajas, también tiene sus beneficios. Los fanáticos adoptan una identidad, y se protegen con ella, se relacionan con personas gracias a su afición y pueden llegar a superar complejos de inferioridad y pertenencia. Pero cuando pones al límite tus creencias y aficiones, y comienzas a sufrir repercusiones a causa de esto es cuando consideras que el saber popular “todos los extremos son malos” no estaba tan errado.

Viviendo en la Web


Viviendo en la Web
Relaciones Sociales vía Internet 


Por Armando Castañón Camarena

Es bastante común ver personas que no se despegan de sus teléfonos por nada del mundo y, aún así, considerar que tienen un buen contacto con sus cercanos. El arribo de las nuevas tecnologías y la conectividad ha originado un cambio innegable en la manera de socializar de las personas. Sea para bien o sea para mal, el futuro está aquí, hay que aprender a adaptarnos y conocer los riesgos de la sobre-exposición tecnológica.

En otros tiempos la manera en que entablábamos amistades o conseguíamos pareja era poco complicada: salíamos, conocíamos a esa persona y le hablábamos; ahora es diferente, hay muchos otros factores que intervienen y, si bien es cierto, la tecnología es una herramienta para el acercamiento, muchas veces no sabemos cómo usarla y perdemos el control sobre ella. Esto puede derivar en una gran lista de complicaciones, desde adicciones al internet, pérdida de relaciones personales, aislamiento social, etc.

¿Y qué pasa cuando tu trabajo te exige un apegamiento mayor a la red y a la conectividad? ¿Qué pasa cuando tu ambiente escolar te orilla a hacer un uso forzado de las redes sociales y teléfonos inteligentes para comunicarte? Los estudiantes de informática son uno de los grupos de personas que están en estas condiciones, de los que pasan más tiempo en el mundo virtual que en real y no les queda nada más por hacer sino adaptarse.

Es cuestión de estar conectado.
Betty, estudiante de informática de 20 años, nos dice “aproximadamente paso 14 horas al día conectada a internet y paso como 16 con algún dispositivo, tenga o no conexión a internet”. Estefania, también estudiante de informática, nos confiesa “estoy todo el día y toda la noche conectada, las 24 horas del día tengo cerca algo en uso que esté conectado”, mientras que el promedio nacional hasta 2011 de uso de internet estaba en las 3 horas diarias.

Amigos.
Linda  comenta que al tanteo 75% de la comunicación que tiene es a través de la web, nos dice que le sirve como una extensión de sus relaciones cotidianas “las personas que veo en la escuela, luego las conecto por facebook para hablar de las tareas y los trabajos”. Fabiola complementó diciendo que en una semana sale un día con sus amigos y los otros 6 días toda comunicación es a través de la red.

“Hay personas que sólo conozco por face o por twitter (…) les hablo, compartimos fotos, de perdido hablo con alguno de ellos diario”, nos dice Betty, quien aparte confirma que gracias a las redes ha conocido personas en la vida real: “en convenciones de twitter, nos reunimos, los conozco y luego les doy follow”.

Escuela.
 “A veces tienes un trabajo en equipo y sólo dices ‘nos ponemos de acuerdo por face’ y listo, o tenemos que entregar un trabajo y es enviado o subido a internet” nos comenta Fabiola sobre la importancia que tiene la red en su carrera. Memo de 20 años nos dice “mis papás me llaman la atención (por estar pegado a la compu), pero les digo que es parte de mi carrera”. De los siete estudiantes de informática, de entre 19 y 21 años, que entrevistamos, los siete afirman que su carrera influye determinantemente en el tiempo que pasan conectados y el uso que le dan a la tecnología.

Familia.
“Tengo familia agregada a facebook y es la única manera por la cual me comunico con ellos” nos dice Alejandro además de recalcar que no usa las redes para conocer gente nueva sino para recuperar el contacto con quienes ha perdido comunicación, familiares incluidos. Alex, de 20 años, nos dice “el 30% de mis relaciones son reales, y se divide entre la escuela y mis padres, no más. Estoy en la escuela, llego a mi casa, saludo a mis papás y me voy directo a mi cuarto a la compu y al celular”. Y Fabiola nos compartió su opinión al respecto “creo que la tecnología nos acerca a los que están lejos, pero nos aleja de los que están cerca”.

A los extremos.
Estefania nos dice que fácilmente pasa 10 horas al día revisando twitter y dentro de éstas, 5 escribiendo en él. En cambio Betty, algo más recatada, pasa 7 horas navegando por esta red social y de éstas, 3 las usa para tuitear. 

“Si me llega un whatsapp (texto vía web) en la madrugada, me despierto, lo veo, lo respondo y me vuelvo a dormir” nos dice Estefania cuando llegamos al tema de los excesos. Al escuchar, Fabiola confiesa “hubo un tiempo en que era tan adicta a farmville (un juego de facebook sobre una granja virtual) que me iba de las reuniones con mis amigos porque tenía que estar a las ocho en mi casa para cosechar mis tomates”.

Los siete entrevistados aceptaron que en algún momento se privaron de comer, dormir o de ir al baño con tal de seguir conectados o continuar una actividad relacionada con la red. Y la mayoría aceptó considerase dependientes de las tecnologías y la conectividad.