martes, 3 de agosto de 2010

Nudos [Segunda Parte]

Habia escuchado hablar sobre nudos en la garganta, los nervios hechos nudos, y hasta un poco de nudos en el estomago. De éstos ya les hablé de los dos primero en mi post anterior, y ya es hora de que les venga a hablar del tercer nudo, el que mas me ha causado problemas últimamente.

Comenzare mi historia diciendo que, mas halla de una superstición, no me agrada el mes de julio, nunca me es favorable. Pese a que mi cumpleaños se encuentra en este mes no me resulta nada agradable que se acerque esta fecha, pues dias antes de mi cumpleaños y días después resultan ser los peores días del año. Pero hasta antes de este año nunca me había pasado nada sentimentalmente grave, este año fue diferente.

Poco antes de mi cumpleaños nos llegó la noticia de que mi abuelo, padre de mi padre, había muerto. Ya tenía unos cuantos meses en un precario estado de salud, pero en las ultimas semanas se le había visto una mejoría, esto provocó la sorpresa de la familia. Cuando mi hermano menor me lo dijo, sólo me sorprendí, no había rastro de ninguna otra emoción en mi cabeza. Como es mi costumbre estaba auto-analizando mi reacción a la noticia, y me dije a mi mismo que simplemente me encontraba en shock por la mala nueva. Al día siguiente fuimos a la funeraria donde se encontraba el cuerpo de mi abuelo, al llegar a donde estaba su féretro mi hermano comenzó a llorar. Y yo, aunque estaba viendo el cuerpo inerte de mi abuelo, no sentía ese abandono y propensión a la tristeza como todos los demás en la sala. No sentía nada. Me senté después de contemplar por un largo rato a mi abuelo, y me quedé pensando (auto-analizándome realmente), y me asusté con las teorías que formulé para explicar mi falta de lagrimas malestar emocional. No sabía si era un desalmado que no era capaz de sentir alguna emoción, si solo estaba jugando a ser fuerte frente a mi familiares, y en especial frente a mi hermano, o simplemente seguía en un estado de shock emocional. Llegó el momento de enterrarlo y aun no sentía esas ganas de llorar, veía como mi primo (que tiene mi misma edad) dejaba correr sus lagrimas por las mejillas sin ningún tipo de reserva. Lo envidiaba. No podía derramar una lagrima en el entierro de mi abuelo, y eso, para mi, era tanto preocupante como frustrante.
Durante los días que le siguieron a ese, sentía como mi estomago demostraba una intranquilidad, y estaba casi seguro de que era por eso, había algo que quería salir peor no podía. Tenía un nudo en el estomago. No sé que lo había provocado, pero estaba ahí. Había escuchado que el estomago era el centro de las emociones, así que suponía que el malestar provenía de mis emociones guardadas. Afortunadamente varios días después llegué a la casa, estaba vacía. Todos se habían ido a una misa para mi abuelo, yo había decidido ir con mi mejor amiga con la esperanza de que al contarle todo, por fin pudiera llorar y sacar las emociones. Y aunque no pude llorar junto a ella, al llegar a mi casa, encontrarla vacía, oscura, algo despertó en mí. Comencé a balbucear una canción de la nada mientras encendía la veladora que mi madre había comprado para mi abuelo. Y entre la letra que acababa de crear y la visión de una pequeña llama en mis ojos, por fin, lloré.
El nudo se había deshecho, pero sentía que no por completo. Estaba por fin a gusto, el sentimiento había salido, y la tristeza llegó a mi pecho.
Pero, el mes aun no acababa, mi cumpleaños llegó con una película, y se fue con otra. los días pasaron, y las tragedias no decidieron parar. Pequeñas y grandes tragedias asediaron contra mí, pero sobre todo, contra los que me rodean (cosa extraña, pues el mes de julio tenía su furia siempre en mi, y no en los demás). Esta año el juego era "destruye a Armando y vuelvelo a construir", emocionalmente hablando, claro. Aun tengo dos golpes que no he podido aceptar y sacar, por lo tanto no los torturaré mas con mis nudos.

Así fue como experimenté por primera vez, estas tres clases de nudos. Y con otra crónica mas, me retiro.