viernes, 22 de octubre de 2010

Me encontré con la Muerte De Nuevo

Hoy me reencontré con mi vieja amiga Muerte, sólo para recordarme mi lugar en el mundo.

Me desperté un poco menos temprano que lo usual, lo viernes entró un poco tarde a la facultad. Hay cuatro chicas en mi clase (L, N, A y M) de esas que son buena onda, se echan las clases y siempre están de buen ánimo y platicando. Pero hoy, algo estaba diferente, para empezar no había visto a A en el autobús, algo no muy raro, pero suelo topármela en algún autobús. A la hora de clase, no vi a M, creo que aún no llegaba; y N y L se veían diferentes, un poco ausentes (tal vez sólo alucino), pero no le presté mucha atención, era muy temprano como para esperar entusiasmo de cualquiera de mis compañeros.

Entramos a clase, todos menos ellas, momentos después L asoma la cabeza por una rendija de la puerta, y nos da un terrible anuncio. La Mamá de A había muerto, mi reacción fue exactamente igual a la que fue cuando me dijeron que mi abuelo estaba muerto. Todo me pareció muy lejano por unos instantes, sentí como por un segundo compartí su dolor. Mi amigo de al lado, me despertó de mi ensimismamiento con un aclaramiento de garganta, no se percató del efecto de ese gesto en mi. Volví a la realidad y L ya estaba marchándose, su número de celular y el de A, estaban apuntados en el pintarrón, al igual que la dirección donde sería el funeral. El funeral quedaba en mi camino de regreso a casa, pero yo no iba a regresar a casa hasta las seis o siete de la tarde.

Pasé el resto de la mañana tratando de distraerme de ese sentimiento bien conocido que quería apropiarse de mi estado de ánimo, pensaba en que debería estar con A, pero se me dificultaría mucho el ir al funeral y luego volver a Torreón. Mis compañeros me dejaron solo en la facultad al rededor de las dos y media, y decidí caminar. No podía quedarme ahí, tenía que estar en movimiento. No dejaba de pensar en ella, en su madre, en mi abuelo. Pronto tuve que regresar a la universidad, era hora de mi clase de inglés. Pasados cinco minutos desde el comienzo de mi clase, noté que algo en mí estaba diferente a los días anteriores. Normalmente llegó entusiasmado a mi clases, me agrada mucho el estudiar en el Centro de idiomas, pero ese día me parecí desanimado. No pude evitar el pensar en que si yo me sentí así, como se sentiría A.

Hace un momento revisé en el perfil de Facebook de A, están palabras que le escribió a su mamá antes del terrible acontecimiento, y me hizo recordar ese sentimiento que he tratado de evadir todo el día.


Muerte me encontró de nuevo, sólo para recordarme mi lugar en el mundo, mis errores, y las metas que debo lograr antes de mi partida.